Luego de analizar las entrevistas realizadas a los únicos testigos de lo acontecido, los equipos de investigación encargados del tema, el argentino y el estadounidense, decidieron llevar a cabo esta mañana una misión en la cárcel. Dicha misión tuvo por nombre "MV-138", tomando las iniciales del joven y el número de la celda que llevó a la ausencia de la víctima.

     Esta tarea consistía en, básicamente, analizar cada una de las partes de la celda de Frank Morris, en especial el famoso hoyo que posee esta. Comenzaron por preparar cámaras especiales de la marca GoPro©, con un lente que permita grabar en un ángulo de 360°, para poder capturar todo lo posible. Además, equiparon las cámaras con linternas profesionales para iluminar de manera correcta la zona.

     Tras esta preparación especial, los miembros de los respectivos equipos procedieron a ingresar a la celda 138. Lastimosamente, y como se esperaba, no encontraron nada útil a grandes rasgos, por lo que se prosiguió con la parte complicada de la misión: uno de los miembros del grupo debía introducir su brazo, sosteniendo una de las cámaras especiales, en el hueco para poder grabar ese angosto pasillo al que daba el hoyo. 

    Por un momento, los miembros de los equipos creyeron haber encontrado al joven, o al menos una pista sobre él, ya que se podía observar mediante las cámaras la presencia de un trozo de tela verde tirado en el suelo del pasillo. Pero no había nada más. Ni un solo rastro del paradero de Máximo Valdez.